SALUD PÚBLICA / PUBLIC HEALTH
Llanos Zavalaga L. y col.
Historia de la Atención Primaria de Salud en Perú:
entendiendo su camino y perspectivas actuales
Rev Med Hered. 2020; 31:266-273
268
de todos los habitantes (1). Como respuesta, se
construyeron hospitales para proporcionar atención
sanitaria, sin embargo, con una distinción sólida entre
los grupos étnicos. Así, el hospital San Andrés era para
los españoles, el hospital Santa Ana para los indígenas
y el hospital San Bartolomé para los esclavos africanos
(2,6). Aunque no está claro si estos hospitales sirvieron
solo como instituciones comprometidas con la salud o
si su objetivo principal era imponer la superioridad de
los gobernadores españoles y aprovechar las ventajas
económicas mediante la recaudación de ingresos de la
comunidad (2,7); la Corona española intentó regular
el servicio de salud en estos hospitales y dentro de la
comunidad (8).
En el año 1570, La Corona implementó sus propias
medidas para regular las prácticas de salud a través
de una institución llamada Protomedicato, creada en
1442. La misión del Protomedicato era evaluar la
práctica correcta de la medicina, estudiar y clasicar
las hierbas medicinales e informar a La Corona sobre
asuntos relacionados a la salud. En cuanto a la práctica
de la salud, el Protomedicato certicó que una persona
estaba calicada para brindar servicios médicos
en forma de 5 categorías: Doctor en Medicina,
cirujano latino, cirujano romántico, ebotomista o
farmacéutico (8). Al principio, solo los españoles y
sus descendientes podían postularse para obtener la
primera categoría; sin embargo, con el aumento de la
población y la llegada de enfermedades europeas, la
escasez de la oferto hizo que los habitantes interesados
puedan practicar medicina; aunque nunca hubo una
legislación que respalde esta acción (1,8).
Durante la etapa del Protomedicato (casi 30
años) hasta la independencia peruana en 1821, La
Corona dictó varias regulaciones para la prestación
de servicios de salud. Por ejemplo, la creación de
escuelas de medicina y de políticas de salud (8). No
obstante, la nueva e incipiente administración de la
República condujo a decisiones cuestionables sobre
el futuro del país, con 8 cambios en la constitución
política nacional en menos de 50 años (9). El sector
de salud reejó esta inestabilidad: la administración
hospitalaria no aseguró condiciones saludables para
atender a sus pacientes y los médicos internacionales
criticaron a sus pares peruanos por ser recalcitrantes a
las nuevas modalidades de tratamiento (10).
Casi cien años después de la independencia, en
1933, un médico llamado Manuel Núñez Butrón, inició
una doctrina en Puno llamada “Rijcharismo”, la cual
incitaba a la población a “despertar” y ser partícipes
de su propia salud, mejorándola a través de adecuados
estilos de vida. El objetivo de este movimiento era
educar, proporcionar conocimiento de la salud a la
población indígena de Puno y esforzarse por fusionar
la cultura indígena con la práctica de la cultura
occidental a través de dos acciones principales. La
primera fue realizar sesiones grupales para promover
la participación comunitaria activa en temas como
la higiene y la importancia de la vacunación para
prevenir enfermedades (11). La segunda acción fue la
difusión de conceptos preventivos de salud a través de
la revista “Runna Soncco”, traducida como “corazón
de indio”, que incluía una mayor variedad de temas
sanitarios que las sesiones comunitarias. A pesar de
su tiempo efímero, hasta 1948, este movimiento es
considerado un proyecto pionero y a escala para la
futura Declaración de Alma-Ata, 30 años después
(12).
Desarrollos de APS durante la declaración de
Alma-Ata y años posteriores
El director de la OMS, Halfdan Mahler, con la
ayuda de David Tejada - un médico peruano -, planeó,
articuló y presentó la Declaración de Alma-Ata en
el año 1978. Desde entonces, el concepto de APS
cambió hacia una prestación de servicios de salud
colaborativa entre la comunidad y los trabajadores de
salud (3,10). Sin embargo, a pesar de las promesas que
conlleva este concepto, en el Perú estaba a punto de
comenzar una crisis política, junto con una subversión
sociopolítica impulsada por un motivo de desigualdad
socioeconómica, que destrozaría la inmersión de este
concepto en la población. Esta revolución, llamada
“Sendero Luminoso”, dirigida por Abimael Guzmán,
causó graves daños, tanto sociales como materiales
(13). Este acontecimiento dejó un asesinato masivo
de 69 000 personas y, en las consecuencias sociales,
el daño colateral dejó a la población refractaria a la
ayuda del Gobierno (13,14).
Después del nal del período inestable del
terrorismo, se llevaron a cabo varios programas
relacionados con la APS, tanto de cooperación
nacional, internacional bilateral como multilateral.
No obstante, tres de ellos, de cada categoría, se
consideran proyectos fundamentales en el proceso
de implementación de APS, por su alta cobertura
demográca, alto apoyo nanciero y el impacto en la
salud pública (15).